Diez meses, diez firmas IV
Profesional invitada en el mes de mayo de 2019:
Lucía Martín Dueñas
Psicóloga
Título de su artículo:
“Abordaje terapéutico del trauma relacional
en situaciones de violencia intrafamiliar”
Por lo tanto, es un lujo contar con una profesional como Lucía Martín Dueñas, con una amplia formación y vasta experiencia en el campo clínico, que nos regala un trozo de su preciado tiempo y conocimientos. Lucía es gran conocedora de los problemas cognitivos, emocionales, fisiológicos y conductuales, desde un enfoque integrativo del apego y la disociación, es especialista en la metodología EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por los Movimientos Oculares) por la Asociación EMDR España y el Instituto EMDR Europa para el tratamiento del trauma y de los distintos trastornos psicológicos. Destaca su labor en el área formativa, elaborando, desarrollando e impartiendo cursos y talleres de crecimiento personal tanto en ámbito clínico como en el escolar y el empresarial. En su afán por la divulgación de la psicología, ha colaborado en distintos medios de comunicación, en espacios dedicados a la salud como en Radio MARCA y Cuídate Plus.
También ha participado con notable éxito en Congresos Nacionales e Internacionales de Psicología Clínica y metodología EMDR, promulgando así nuevos planteamientos de trabajo para el desarrollo de la psicología. En la actualidad, participa en las líneas de investigación que se están abriendo sobre la metodología EMDR para el tratamiento del Estrés Postraumático.
También ha participado con notable éxito en Congresos Nacionales e Internacionales de Psicología Clínica y metodología EMDR, promulgando así nuevos planteamientos de trabajo para el desarrollo de la psicología. En la actualidad, participa en las líneas de investigación que se están abriendo sobre la metodología EMDR para el tratamiento del Estrés Postraumático.
Contacto: info@psiquet.com; lmartin@psiquet.com
“Los sentimientos de valor sólo pueden florecer en un ambiente donde las diferencias individuales son apreciadas, los errores son tolerados, la comunicación es abierta y las reglas son flexibles. El tipo de atmósfera que se encuentra en una familia que nutre”
(Virginia Satir)
Como indica la cita anterior, de la considerada “madre de la terapia familiar”, Virginia Satir nos ofrece en unas pocas líneas, y de forma directa y concreta, la esencia de lo que la gran mayoría de los y las profesionales consideramos acerca de la familia: su concepción como factor de protección. Partiendo de esta idea, encuadraremos el concepto de familia como sistema en el que los seres humanos nos construimos y constituimos como tales, a través del cual generamos una percepción del mundo, de los demás y de nosotros/as mismos/as. Sin embargo, existen familias que no logran cumplir las condiciones que Satir ofrece en su reflexión. Hablamos de familias que, lamentablemente, no aportan ese marco de seguridad y protección que las personas necesitamos para poder sobrevivir. Estamos hablando de la existencia de violencia en el seno del sistema familiar.
La violencia intrafamiliar (VI) desencadena una serie de comportamientos violentos que ocurren entre los miembros de una familia, y que sucede dentro del entorno doméstico (y, a veces, también fuera del mismo). En esta situación, encontramos una figura que ejerce su poder, su autoritarismo (que no autoridad) y su necesidad de control desde una posición agresiva y violenta (agresor/a); y una persona que padece de forma directa dichos ataques (agredido/a). Ante esta circunstancia, se percibe una desigualdad manifiesta entre ambas partes, siendo el/la agresor/a la persona que “sale ganando” ante la resolución de los problemas que se pueden plantear.
En este artículo, vamos a centrarnos en la violencia que ejercen los padres y madres con este perfil, sobre sus hijos/as. Éstos/as últimos/as viven en una situación de riesgo notable, dado que se encuentran en una posición de inferioridad y desigualdad importante. ¿Cómo sobrevivir ante una situación tan traumática? ¿Qué significa que las personas referentes en sus vidas (padres y madres), responsables de aportarles el amor y seguridad que necesitan, son, sin embargo, los que les provocan un daño tan inmenso? ¿Qué repercusiones emocionales, físicas y relacionales se producen al vivir dichos episodios violentos? Sin duda, todas estas cuestiones no sólo nos inquietan y preocupan, sino que también nos hacen reflexionar sobre la importancia del vínculo afectivo entre padres y madres e hijos/as que tiene en el desarrollo psicológico de las futuras personas adultas.
El apego es el vínculo afectivo que las personas establecemos con nuestros padres y nuestras madres, y que es esencial para nuestra supervivencia. Cada vez más, afortunadamente, en las intervenciones psicológicas, se está incorporando el abordaje de las teorías del apego para la conceptualización íntegra de los casos que nos encontramos en consulta. Identificar de manera adecuada y rigurosa qué tipo de apego se ha desarrollado entre los miembros de una familia, nos va a permitir abordar las dificultades de una manera más eficiente y completa. El apego resulta importante en tanto en cuanto facilita las bases en las que los seres humanos nos construimos y constituimos como tales. Este lazo afectivo facilita no sólo la seguridad y regulación emocional que necesitamos, sino también la reparación del daño experimentado, la percepción de disponibilidad (física y/o emocional) para ello y de la recepción del consuelo y contacto que necesitamos de esas figuras de apego referentes.
En las familias en las que se viven episodios violentos, evidentemente, estas “funciones del apego” no se producen como tal. Por el contrario, nos encontramos con familias con vínculos de apego inseguros, que desencadenan importantes problemas psicológicos, como dificultades en la regulación de las emociones, autoestima baja, problemas en las relaciones afectivas, abuso en el consumo de sustancias, etc. Entre todos ellos, cabe destacar lo que podemos denominar el trauma relacional, o la enfermedad invisible. Me apropio de este concepto tan interesante (enfermedad invisible), que tomé de un gran profesional como es Valentín Escudero (2013), gran terapeuta familiar, en una de sus formaciones sobre violencia intrafamiliar, llamada Intervención Familiar con Adolescentes en conflicto, IFIS Grupo 5.
El trauma relacional es una forma de caracterizar la ruptura de la seguridad y estabilidad que sufren las personas de forma abrupta, traumática. Ante situaciones difíciles, si el/la menor percibe de su figura de apego ausencia, desregulación, desvalorización, abandono, desinterés, se pierde la esencia de lo que el vínculo supone. Se transforma en doloroso el vínculo con el ser querido. El impacto que tiene en el desarrollo de las personas este hecho, puede desencadenar graves problemas psicológicos en ellas.
En el marco de la violencia intrafamiliar, cuando los padres y/o madres ejercen ese comportamiento agresivo, provocan un daño difícil de reparar si no se aborda de forma inmediata. Normalmente, los padres y las madres agresoras suelen presentar una historia propia caracterizada por maltrato psicológico y/o físico. De alguna manera, reproducen los mismos patrones agresivos que en su momento, cuando eran niños/as y/o adolescentes, tuvieron que sufrir. En este sentido, la intervención psicológica se debe extender a todo el sistema familiar, detectando las dificultades propias de cada miembro de la familia y de la familia entera. La tarea no resulta nada fácil, pues las resistencias individuales de cada miembro de la familia resultan, muchas veces, infranqueables y son las que dificultan el avance del proceso terapéutico. En este sentido es necesario introducir en este trabajo el concepto de competencias parentales (Barudy y Dantagnan, 2010), las cuales hay que evaluar en los casos de VI porque puede que estén afectadas y se necesite una valoración e intervención también a este nivel.
A continuación, se desarrollan una serie de claves concretas que pueden facilitar el abordaje de esta casuística tan compleja:
Identificar claramente la dificultad. Negación del problema familiar (no existe el problema, se minimiza o se normaliza); la aceptación de incontrolabilidad de la situación (no existe control sobre el problema). Teniendo en cuenta ambos elementos, tendremos que adoptar una estrategia concreta u otra.
“Conectar antes de corregir” Es importante ofrecer a la familia el espacio y la confianza adecuados para que se puedan integrar y colaborar en el proceso terapéutico. Nos encontraremos familias muy desestructuradas, por lo que el establecimiento de la alianza terapéutica ha de ser esencial. Compartir el propósito terapéutico (conseguir solucionar el problema, dar la oportunidad de cambio) será el objetivo a trabajar durante la terapia.
“El pasado es pasado y presente” Abordar las experiencias pasadas de los miembros de la familia, que puedan permitir comprender las reacciones violentas, facilitarán el abordaje de su resolución. A través de la metodología EMDR podemos acceder a esas experiencias sin resolver, que se quedaron enquistadas en el sistema de la persona. De esta manera, se podrá digerir el trauma, reparar el daño y promover una alternativa adaptativa para el futuro inmediato.
El trabajo terapéutico con las familias que sufren episodios de VI busca, no sólo eliminar esos episodios, sino también reparar los patrones disfuncionales que dañan continuamente el vínculo entre sus miembros. Abordar estas problemáticas significa poder facilitar a los miembros de esa familia (y a la familia como sistema) desarrollar esa capacidad de resiliencia que les permite poder sobreponerse a esas situaciones tan negativas. Sobreponerse a esas experiencias, sin duda, se convierte en un reto a conseguir.
3 Comments
Nuestro director de master, Valentín Escudero, nos recomienda este blog. Y resulta obvio que en esta colaboración Lucia Martín Dueñas se refiere a Valentín Escudero y no a “Vicente” Escudero, ya que los conceptos que menciona los toma de él (“enfermedad invisible”, “conectar antes que corregir”, “alianza terapéutica”). Es importante citar adecuadamente.
Buenas noches: Lo primero, gracias por seguir el blog. Es un honor que un profesional tan prestigioso como Valentín Escudero recomiende mi blog. Lo segundo, decirte que tienes toda la razón. Lamento el error, voy a corregirlo yo mismo y me pongo en contacto con la autora para hacerle notar la equivocación. Te agradezco que me hayas escrito. Un saludo cordial. JL
Buenas tardes: La misma autora me ha pasado la referencia correcta a la cita de Valentín. Ya está corregido. Gracias y saludos cordiales. JL